CASI UNA AUTOBIOGRAFIA IVparte

Las noches de juventud eran de locura, aunque no siempre me tocaba. La música, las drogas, el sexo... todo a merced pero disfrutaba lo que tenia que disfrutar; a veces parecía que había logrado vivir inmune al mundo. Sabia de todo por experiencia propia o por lo que me contaban. Todo era así hasta que ella llegó a mi vida... ANGELA, todo era una eterna juventud, quizás niñez, bromas, rumbas, sexo desesperado, breve, descriteriado, hetero u homo... lo que fuera, pero ella era belleza, y encontré al final de sus ojos un espejo.

Ella era todos los hombres y mujeres que había conocido, como no asfixiarme, como no sentir que con ella era otro... que no podía ser otro.... Lo que me dijo para caer en sus redes? Para verla a los ojos? Una frase que mató aquel loco desenfrenado y que tal vez mas loco me volví: “ Nunca nadie ha apostado por mí. Apuesta por mí...” como no apostar viendo unos ojos grandes negros y profundos, una silueta perfecta, un carisma envidiable, un cabello que parecía despeinado negro como sus ojos y de su bella y tersa piel emanaba un olor incomparable... Aposté por ella. Aposté por noches de pasión extrema, días románticos, placeres inimaginables, las diversidades sexuales fueron una a una nuestra meta.... locura? No. Mas bien conocer abiertamente a plenitud el mundo sexual.... Si, fue mi pareja por 3 años, años de éxtasis, de ser uno mismo sin importar nada, de estar con la persona ideal, con tu espejo... Dos dementes? Si.... tal ves pero de seguro que el mismísimo Marqués de Sade estaría orgulloso de nosotros... éramos sexo, éramos flujo, semen, placer.... éramos todo lo lujurioso en carne viva.... que vivimos? Que hicimos? Fuimos siempre sexo, tríos, orgías, intercambios sexuales, experiencias hetero, sado, homo, son solo parte de un largo currículo que a pesar de disfrutarlo al máximo solo nos quedo el vacío..... vacío sin poder llenarlo... y es por eso que al despertar de aquel sueño o pesadilla dejé de apostar por Angela...

La ultima noche fue aun más apasionada, la piel fue violenta, agresiva, ardiente. Sentí que toda la parte baja de mi cuerpo era un roble húmedo, el sudor que emanábamos no era normal, dejamos en las sabanas la evidencia de nuestras huellas. Un poco de odio, un poco de amor que desesperadamente se hacia liquido, fluidos, semen... cuando uno ama un cuerpo que lo ama y los disfruta es posible tal delicia. El amor no duda, el miedo duda, la mentira, el pánico, el amor que es arduo vence y crece, el amor no piensa... éramos como Eros y Psique. Amantes irreconciliables; amantes, porque el amor vence toda razón.

Estas líneas las escribo desde la duda, desde un ángulo de inexactitud, pero con cierto amor, temor, angustia o un necesario riesgo de contar esta etapa de mi vida... que con tan solo 21 años de vida me di cuenta que doblaba los tallos de mi vida y decepcionaba a las flores que me sostenían para no caer, verlas crecer y crecer con ellas... Mi familia y mis amigos!!! Por eso guardo los detalles, los conservo dentro de mí, lo dejo en el silencio que me conoce, de los que me conocieron en esa etapa y de los que conozco ahora que después que lean esto me podrán ver quizás como alguna arquitectura gótica Contarte que después de dejarla me sentí seguro, es mentir, por que el que diga que no duele amanecer crucificado y solo en la cama, con miedo de no volver a ver a la persona con quien viviste fuertes y bellos momentos miente, me di cuenta que era mas que un dócil animal.

A las mujeres las amé, las amo y las amaré, si pudiera describir cada mujer que poseí, cada sensación, cada esperanza en su frágil rudeza o su dura fragilidad, en su bella violencia, en su modo de ser a veces insostenibles por leves y tan rotundas. Ellas con su “sexto sentido” que parece desconectarse para sí mismas, ellas que pueden usar estos nombres: la madre, la hija, la amante, la enemiga, la belleza. Pero si pudiera darles un nombre que las definiera con exactitud... a ellas que caminan y descubren, que aman y adoran, que odian y destruyen.... Solo existe uno... Mujer...

Continuará...