jueves, noviembre 22, 2007

DE REFUGIO (II parte)



...Tu respiración se hace más agitada y cuando me ves desnudo, arrodillado, con la espalda bruñida y brillante por las gotas que aun la perlan, secándote suavemente las piernas, Cierras los ojos, respiras hondo, veo con satisfacción que te gusta.

Te pido que salgas de la ducha, que te tumbes en la cama y lo haces, boca abajo. Ahora puedo pasarte toda mi lengua por la piel, notar tu vello en mis labios y en mi cara, abarcando poco a poco toda la superficie de tu cuerpo y provocando que se te ponga la piel de gallina. Al llegar al culo noto que te arqueas un poco, levantando las nalgas hacia mi cara y abriendo un poco los glúteos. Eso me permite ver un pequeño bosque de pelos circundando un agujero fruncido, apretado y oscuro. Paso mi lengua por entre tus nalgas y estas se abren más aun para mí, hasta permitirme llegar a tu ano. Ahí mi lengua se entretiene y tú te dejas hacer mientras emites un suave murmullo parecido a un gemido y aprietas con tus manos los barrotes de la cama. Luego subo por tus nalgas y tu espalda y te lamo suavemente los hombros y la nuca. Estoy casi encima de ti, aunque me mantengo despegado para no tocarte, pero no puedo evitar que mi pene duro descanse sobre tus nalgas, que tu abres y cierras como queriendo aprisionarla.

De pronto te das la vuelta, tumbado sobre la espalda bajo el arco de mis brazos, quedamos de frente, nuestros penes se tocan, me miras fijamente a pocos centímetros de mi cara, como diciendo "atrévete a besarme", pero no me invitas, ni me besas, así que no me atrevo y comienzo a lamer tu pecho, tus pezones, tu vientre... De pronto siento tus manos en mi cabeza. Tus dedos la rodean y con una suave presión la empujan, la dirigen, sin fuerza, pero con seguridad.

Con la misma autoridad en el gesto empujas mi cabeza hacia tu hermoso pene. Es la señal. Me das permiso. La veo frente a mis ojos, a escasos milímetros, palpitando, irradiando su calor. Es como tus manos, como todo tu cuerpo, todo en ti es más... desprende energía y atrae como un imán. El simple gesto de acariciar el suave vello de tu piel me hace sentir electricidad en las yemas de mis dedos.
Saco la lengua y la aplico a tu pene, lamiendo su base como un poseso, arrastrándola por tu vello, acariciando la bolsa, subiendo hasta el glande, sintiéndola palpitar y agitarse, hincharse; por fin la abrazo con mis labios y la dejo entrar en mi boca, traspasar los dientes y hundirse en mi garganta. Mi boca se inunda de su calor y siente cómo se agita contra sus paredes. La rodeo con mi lengua y compenso su presión mientras comienzo mi vaivén hundiendo mi nariz una y otra vez en el vello de tu ingle...



De pronto, siento como tus manos apartan mi cabeza de mi golosina, qué desilusión... tu pene queda ahí, agitándose brillante de saliva en el aire. Te miro, tu expresión es nuevamente directa, fría, y sin embargo amistosa. Inspira confianza. Sin decir nada te levantas y me empujas suavemente hacia el cabecero. Quitas la almohada y me sientas a mí en su lugar, de espaldas a los barrotes de la cama. Abres y extiendes mis piernas y observas un segundo mi pene enhiesto e hinchado, de un color cárdeno ya casi morado. Te separas de la cama y te acercas a la silla sobre la que hemos tirado nuestra ropa una hora antes. El vaivén de tu culo al caminar... hummm esos pocos pasos me vuelven loco.



Diosss!!! recordarlo me pone mal...

Continuará...

2 comentarios:

Alegna Russo dijo...

nojoda divinidad continuara otra vez... apurate pssss

DIVINIDAD dijo...

jajajajaa!!! AMIGA LO BUENO Y LO BIOEN DISFRUTADO SE RECUERDA BIEN Y SE COMPARTE... ASI QUE LO BUENO SE HACE ESPERAR...

UN BESAZO CON TODA MI DIVINIDAD!!!